30.4.07

Al Aconcagua - Día 12


25.01.05 – Martes – Plaza de Mulas

La temperatura sigue siendo baja. Dejé el termómetro afuera y marcó-12° en algún momento de la madrugada. Cuando lo entré, también lo hizo bastante hielo.

Hoy toca día de descanso, con poca actividad.

Nos dedicamos a preparar el equipo y separar las cosas que portearemos mañana hasta Plaza Canadá. El "porteo" consiste en llevar parte del equipo, materiales y provisiones a un campamento (en este caso mas elevado) y dejarlo allí, para utilizarlo en el futuro. No podemos llevar todo lo necesario de una sola vez con nosotros.

Los alimentos están escaseando: falta té, azúcar, jugos, etc.

Chavy prepara y distribuye el polvo para jugos, usando un tercio de lo normal. Un detalle interesante es que los jugos en polvo no se usan para mejorar el sabor del agua. El agua que consumimos proviene del derretimiento de la nieve, y no tiene minerales ni sales disueltos en ella. Para hidratarnos correctamente, debemos agregarle alguna sal, por ejemplo las presentes en los jugos, o en las sopas instantáneas, etc.

El lavado de la vajilla nos deja los dedos duros por el frío. El poco rato que estamos sin guantes se sufre.

Nos damos una ducha de agua caliente, y nos hacen precio para argentinos: U$S 5,= En general en Plaza de Mulas el precio para extranjeros es tres veces mas caro que para los argentinos, pero con nuestro acento, y la "natural simpatía" jeje, muchas veces logramos el precio local. Las duchas son dos, y están calentadas por paneles solares y gas, por lo que para poder bañarnos, debemos aguardar que el sol esté lo suficientemente alto. El desnudarse para entrar requiere coraje, porque el cubículo está frío, y hay corriente de aire. De cualquier manera, la ducha es muy disfrutable. Estar limpio es reconfortante, aunque la ropa que nos ponemos es más o menos la misma.

Nuestros vecinos de campamento son casi todos extranjeros: Alemanes, polacos, checos, etc.

El Pabellón Nacional, que empecinadamente planta Edison en donde vayamos, marca nuestra presencia, y genera saludos (y sorpresa) de algún transeúnte, en especial de los que hablan español. Nos encontramos con algunos conocidos que hicimos en Confluencia.

Entre ellos, pasan el grupo de checos, con Anja. Sorpresivamente se acercó y nos dio un beso (no es costumbre entre ellos, aparentemente) y nos contó que ya están todos los miembros del equipo, y que piensan ir directo a Nido de Cóndores.

En Malku, que son nuestro prestadores de servicios, nos atienden con gentileza y simpatía, pero no pierden de vista que no les vamos a generar casi nada de ingresos, comparados con los otros: cada plato de comida, por ejemplo, lo cobran U$S 15,= así sea polenta.

En la tarde vemos de alquilar los grampones (o crampones) que nos están faltando. Gracias a la intermediación de Julián conseguimos abatir bastante el precio del alquiler.

Tenemos el equipo completo, y la ansiedad, aunque no manifiesta, aumenta.

El clima se mantiene estable, con un viento no muy fuerte, pero constante. Hicimos la revisión con el médico del campo quien, por motivos que no vienen al caso, no estaba muy amigable con nosotros. Estamos casi todos dentro de los parámetros aceptables, salvo Edison, por lo que se muestra un poco ansioso y deprimido. El médico tiene en la práctica, poder de veto en la ascensión.

Yo me intento mantener la dieta dentro de lo posible baja en sal. Los resultados del esfuerzo son buenos.

Con tiempo, Julián y yo salimos a buscar pan. Con suerte, conseguimos algo, duro pero muy bueno. Mejoró la cena, sin dudas.

Temprano nos vamos a acostar, mañana haremos el primer “porteo” a Plaza Canadá..

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Al Aconcagua - Día 11


24.01.05 – Lunes – Plaza de Mulas

De acuerdo a lo esperado, frío en la mañana.

Nos levantamos para ir al Bonete, cerro que está enfrente a nuestro campamento, y es un interesante desafío además de un evento para la aclimatación. Además, usamos por primera vez en la expedición, las botas dobles y el resto del equipo de montaña.

Aproximadamente comenzamos la caminata a las 10:00 hs. Nuestra primera parada fue el Hotel “Plaza de Mulas”. Para llegar a él hay que cruzar el glaciar. Antiguamente se caminaba sobre un puente de hielo, ahora se cruza sobre un puente artificial sobre el arroyo de deshielo. Es notable como retrocedió el glaciar.

Sin entrar al hotel (al que llegamos en unos 20 minutos de caminata), seguimos nuestro camino, y pasamos al lado de la Patrulla de Rescate de la Policía de Montaña, los “Papa Lima”.

Cuando la dejamos atrás, comenzamos el ascenso propiamente dicho. Al poco rato, tuve una “diferencia de opinión” con Pedro, por el ritmo de marcha. Una “aceptación” forzada por su parte, pero como siempre, al poco tiempo no fue cumplida. En ese momento, perdí la calma y le dije que no iba a seguir en esas condiciones. La respuesta no fue buena, le molestó que yo hubiera dicho “carajo”. Creo que no tiene buena memoria. Un momento tenso. Yo fui el emergente (una vez más) pero creo que no el único en sentirme molesto por la situación. En especial, su argumento de “yo soy el jefe y es la última vez que se discute” me parece muy infeliz, y que demuestra un concepto muy claro de cual es su estilo de liderazgo. Me hago el propósito de bancarme las cosas, a no ser que representen un riesgo cierto. Al final, resulta fácil dejar fuera a alguien fuera de carrera (en especial a mi) y no quiero pagar ese precio. Mi meta es la cima, y quiero hacer todo lo posible para poder intentarlo. De cualquier manera, algo para tener en cuenta para el futuro.

En fin, seguimos subiendo, y llegamos todos la cima de 5.050 msnm. En la cumbre, cuyo lado oeste presenta una pared que llega casi hasta el valle, descansamos y almorzamos. Entre la hipoxia y el cansancio, la modorra hizo que aprovechara un breve sueño. Al poco, llegaron tres españoles con quienes ya habíamos conversado en Confluencia. Dos mujeres con mucho salero.


Desde la cima, vemos claramente la cara norte del Aconcagua, y marcamos los puntos principales de la ruta que haremos. No se destaca por su elegancia tal vez, pero es imponente.


En el regreso nos separamos un poco. Chavy, Edison y yo recorrimos caminos “alternativos” o sea: erramos el recorrido correcto y perdimos algunos cuantos minutos. Ángel y Julián bajaron un poco antes, y los veíamos en el acarreo. Acarreo es esl lugar por donde la montaña descarga los detritos, piedras fragmentadas.

Nos juntamos en el Hotel, y después de una rápida deliberación, nos decidimos a quedarnos a comer un “lomito” (que resultó no ser demasiado grande para nuestro apetito) a razón de U$S 7,00 por cabeza, por ser extranjeros. Los argentinos sólo tenían un dólar de descuento. Popi, una amiga de Julián que estaba trabajando ahí, nos mandó de regalo unos jugos, que fueron muy bien recibidos. El salón es grande, y sorpresivamente frío. Nos encontramos con Peré, el bombero de Andorra que conocimos los días anteriores. Julián está entusiasmado en irse a trabajar a Andorra, y le dejamos para que se lo converse. Le sacamos fotos y todo.

Intentamos hablar por teléfono desde el Hotel a nuestras casas en Uruuay, pero había mucha gente en la fila. En el salón comedor nos encontramos con R. Cabrera, un ícono en el Aconcagua, que se acercó a nosotros al sentir nuestro acento. Preferí alejarme de la conversación así hablaban los maestros.

Cuando llegamos al campamento, solo hicimos algo de rutina, y nos acostamos.

Me quedé hasta tarde escuchando por el handie las comunicaciones en la montaña. Noche bastante complicada. Un guía alemán informaba de un par de clientes perdidos en la Canaleta, mientras que un italiano se negaba a descender, a pesar de encontrarse bastante mal. Además, un par de casos de MAM en Nido de Cóndores hicieron que el médico tuviera que ir en helicóptero hasta allí con el último sol de la tarde. Cuando pensaba que tenían bastante controlada la situación, llega la noticia, como a las 22:00 hs que un senderista estaba en el refugio Colombia, sólo y con probable edema de pulmón.

La doctora que nos había atendido en Confluencia y ahora estaba en Mulas, coordinó junto a la patrulla de rescate el descenso para ir a buscarlo, y traerlo asistido hasta el campamento.

Noche larga para ellos, sin dudas.

Me llama la atención la insistencia que ponen en que la Canaleta esté sin nadie, y reflexiono sobre lo difícil que es brindar (y esperar) asistencia. El helicóptero sólo puede volar a algunas horas -primeras de la mañana, y últimas de la tarde- y como máximo hasta Nido de Cóndores. Para el resto, sólo es posible hacerlo caminando.

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27.4.07

Al Aconcagua - Día 10



23.01.05 – Domingo – Plaza de Mulas - 4.000 msnm

Con mucha calma nos despertamos a eso de las 08:00. Dentro de la carpa, el termómetro marca –7 °.

El frío nos fue haciendo salir de a poco de las carpas. Unos alemanes se quejan a los gritos del canto matinal de JJ. En realidad, se lo tiene merecido, aún en alemán! A partir de las 09:00 hora aproximada en que el sol toca el campamento, la temperatura se hace más soportable.

Hacemos una rápida recorrida por la Plaza. Yo esperaba otra cosa, en realidad. El concepto de "plaza" es de lugar apto para armar las carpas. El terreno tiene un nivel irregular con un declive en general hacia el oeste, rodeado de cerros y con una vista fenomenal del Aconcagua, que esta temporada aparece despojada casi totalmente de nieve. Varias carpas permanentes de los prestadores de servicios, algunos con domos. Hay banderas publicitarias, que contrastan con la aridez del terreno. Energía eléctrica provista por paneles solares, baños de agua caliente a U$S 15,00, calentados al sol o por gas. Es obligatorio contratar a un prestador, por el uso del baño. El nuestro es lamentable, pero hay peores. Hay un Pub, se ofrecen masajes, camisetas estampadas, telescopio, Internet, pizza, beer & coke, y en temporadas pasadas otros servicios, pero las damas resultaron demasiado conspicuas y ya no están más.

Dado que es la cota máxima donde llegan las mulas, comienza la oferta de “porters”, hombres y mujeres que por U$S 100 por tramo, cargarán unos 20 kilos de equipo. El inglés es lingua franca, aunque hay muchos que entienden el español.

Nos registramos con los guardaparques, que tienen bastante mejor onda que los de abajo. Nos dan una bolsa más, la de “materias fecales” para cuando dejemos Plaza de Mulas hacia arriba. De perderla, debemos pagar una multa importante (U$S 100,00)

Dentro del plan del día, descanso y organización, hacemos un recuento de los alimentos, con resultados desalentadores. Hay 22 sobres para hacer jugo, para 14 días que restan, y 9 personas. También 22 sobres de té, 1 lata de paté y 1,5 k de azúcar En cambio, tenemos 162 sobres para sopa instantánea.

Cada vez me resulta más claro que Pedro no tiene concepto de lo que es la logística de una expedición. No es lo mismo manejarse con recursos para una o dos personas que para un grupo un poco mayor. Dado mi forma de ser, me pone muy nervioso su insistencia en la improvisación. Por otro lado, reconozco que el plan de aclimatación está funcionando, y tiene el mérito indudable de haber armado el grupo, de alguna manera "traernos" hasta acá, etc. lo que no hubiera sido fácil para cada uno de nosotros individualmente. Luces y sombras, que todos las tenemos.

La ingesta de líquidos recomendada es de un litro cada mil metros de altura, por lo que me esfuerzo en beber los 4 litros. No resulta fácil. Para controlarme mejor, uso una sola botella. Las Nalgene (a pesar de tener nombre de shampoo, o de medicamento, como dice Andrés) han resultado muy buenas, y ya han recibido varios golpes y caídas importantes. El plato de acero no tuvo tanta suerte. Cuando ataron la mochila a las mulas. pasaron una cuerda por el medio de este,y está bastante abollado. Nota mental: cuidado con las cosas frágiles en la mochila....

Organizamos el campamento, mientras nos reponemos de la jornada anterior. La cocina es muy minimalista, en realidad, muy a mi estilo de modificar lo mínimo necesario. Cocinamos sobre los calentadores en un rincón que hemos acomodado de manera tal que estén un poco más protegidos del viento, y comemos sentados en las piedras, pero la comida se enfría inmediatamente. De acuerdo a la buena recomendación previa de Pedro, mi único cubierto es una cuchara, suficiente para manejarme con los alimentos que tendremos que consumir.

Los alemanes que a la mañana se quejaban, a la noche arman un escándalo de gritos, pero somos mas corteses -o tenemos mas sueño- y no les retrucamos.

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19.4.07

Al Aconcagua - Día 9

22.01.05 – Sábado – Confluencia 3.368 msnm

Nos levantamos a las 06:30 y desayunamos dentro de la carpa.

Me duele mucho la espala, por lo que las maniobras para el desarmado de la carpa las hice lento, mal y molesto.

Tenemos con nosotros muy poco equipo. Dejamos para que transporten las mulas las carpas, los alimentos y las mochilas: llevaremos una mochila pequeña, con una comida de marcha, agua y poco más.

A la hora precisa, las 08:30 iniciamos la marcha. Hoy debemos llegar a Plaza de Mulas. El trayecto será por un largo valle, “Playa Ancha” que corre de este a oeste, casi a nivel, hasta llegar a la “Cuesta Brava” en la que se sube abruptamente hasta alcanzar nuestro destino.

A nuestra derecha dejamos el Cerro Almacenes, con sus bandas y colores, y atravesamos el puente sobre el Horcones.

El suelo es mayoritariamente de piedras sueltas, y se nota que sobrepasamos la cota de la vegetación, donde desaparece bruscamente.

El lugar es bastante transitado, y dado el gran campo visible, se ve mucha gente en él. En particular, un grupo de soldados, quienes saludan cordialmente al cruzarnos. Detalles que llaman mi atención: llevaban una guitarra, el oficial nos permitió sacar fotos, e iba una mujer (soldado también) con ellos.

Por suerte, a medida que vamos caminando me duele menos la espalda. Un breve almuerzo al cruzar el río, que estaba casi desaparecido. En el invierno -como lo pudimos apreciar en nuestra visita- cayó muy poca nieve, y lo que suele ser una rápida correntada de deshielo, se pierde entre las rocas.


En el camino, debemos cuidarnos de las mulas. Pasan varias recuas, tanto de subida como de bajada. Andan muy por el borde del camino: un mal paso y se despeñan. Además, al estar cargadas con los bultos, pasan demasiado cerca de nosotros...

La “Cuesta Brava” hizo honor a su nombre. Desde el derruido refugio de Colombia comenzamos a subir muy empinadamente. Asustaba ver a las mulas pisar en piedras de 10 cms de lado, y pensar que allí debíamos pisar nosotros.

Después de doce horas de marcha, llegamos a Plaza de Mulas “nueva”. Recibe este nombre porque es hasta donde pueden llegar estos animales. Hasta hace unos años atrás estaba situada un poco más bajo, a unos 500 metros de su actual localización.

Fuimos llegando poco a poco, porque en el camino, sobre todo en la cuesta, nos separamos. Pedimos a los guardaparques para registrarnos cuando llegaran nuestros pulmones, que venían más atrás.

Localizamos el lugar que nos correspondía, sin ver mucho a los costados, e intentamos armar el campamento. No fue posible pues las carpas estaban guardadas bajo llave. Cuando llegó Pedro comenzó el trámite, con enseñanzas sobre el lugar donde levantar las carpas, tamaño y forma que deben tener las piedras, etc. Sólo pudimos calentar agua después de terminado el armado, pues para prender el calentador hay que saber... A pesar de eso, recibimos una reprimenda, a la que Ángel responde dolorido.

Por suerte, el agua potable está en una tarrina a menos de diez metros, y el retrete a unos 50 metros.

En la carpa, continúo con Chavy y Edison. Nos llevamos muy bien. En otra, sólo y alejado, está Julián. A nuestro lado, están JJ, Ángel y Andrés. En la otra carpa, Javier y Pedro. El equipo está en los bolsos y tarrinas en el exterior, y parte en las carpas.

Cena temprano, y a dormir de inmediato, pues estaba muy cansado. El frío ya se hace notar, especialmente cuando se oculta el sol, que lo hace temprano. En algunos momentos una disnea me molesta, y tengo un leve dolor de cabeza. Me tomé un analgésico y a la prueba de fuego del sobre de dormir, que la pasa con nota 10.

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10.4.07

Al Aconcagua - Día 8


21.01.05 – Viernes – Confluencia - 3.368 msnm

El de hoy fue un día conflictivo.

A la mañana nos levantamos tarde, porque era un día de relax. A pesar de la recomendación de Pedro, decido no tomar más aspirina preventivamente.

Julián partió a Puente del Inca a esperar a Andrés Fonsalía, quien recién se podía integrar al grupo, y que llegaría mañana. Julián también debe retirar los radios del cuartel e intentar recuperar los alimentos que quedaron en la heladera del refugio. Andrés trae consigo equipo para todos, que debe retirar hoy de lo de Fernando Pierobon en Mendoza.

Como estaba prevista una comida especial en Confluencia, almorzamos en Malku. Eso de sentarse, comer a la mesa, pero sobre todo estar a cubierto del constante viento fue un cambio muy positivo. Nos cobraron a razón de U$S 8,00 por cabeza, bastante razonable por cierto, dadas las condiciones del almuerzo. Podíamos haber pedido pizza, hecha en un horno solar, pero preferimos las proteínas de origen animal, y marchó el viejo churrasco con ensalada a pesar de las recomendaciones médicas de Ángel a Pedro y a Chavy, bastante afectados por la diarrea.

La tarde pasó rápidamente, aprovechamos para conversar, dormir y leer.

Nos volvemos a encontrar con Anja, nos sacamos fotos y compartimos frutas desecadas, haciendo los honores que corresponden en cada caso.

Las españolas ya están preocupadas por la tardanza en el regreso del marido de una de ellas, van y vienen a la caseta de los guarda parques buscando novedades, y escudriñan el camino. Julián opina que vuelve en mula, pero en una bolsa.

A la cena, al preguntarle a Pedro cual era el menú, contestó: “Puré”. Como lo miré sorprendido me dijo si me pasaba algo, a lo que respondí que solo puré no me parecía suficiente. Su contestación me sorprendió aún más: Si no nos parecía bien, que hiciéramos otra cosa. ¡Sólo que no había nada mas! Ante esto, se enojó, nos dijo en voz fuerte: “Esto es un grupo, ¡carajo!” y se fue, dejando sin palabras a Ángel.

Me parece que es claro que no tiene idea de logística, ni hay un plan de comidas, etc.

Nos quedamos conversando entre nosotros. JJ dice que es un grupo de amigos, y que todos debemos colaborar. El resto, en tanto, pensamos que hay roles y tareas diferenciadas. No es en vano que se le han pagado todos los gastos, y en el pasado, Pedro ha asumido y controlado la programación, etc. De cualquier manera tomamos la posta de la gestión de alimentos, haciendo un inventario.

Las constantes observaciones de Pedro, o mejor dicho, la forma en que las realiza me resultan irritantes, y creo que no solo a mí. Esto augura futuros conflictos, sobre todo porque no se desean plantear abiertamente. Hay algunos que prefieren evitar la confrontación.

Para hacer las cosas peores, estábamos todos reunidos conversando cuando llegó un guarda parques, investigando un robo en una carpa vecina, de una chica que trabaja para unos prestadores de servicio. De todo el campamento, sólo nos vino a preguntar a nosotros. Debemos ser los sospechosos.

Mañana dejaremos Confluencia.

Me voy a dormir contrariado.

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8.4.07

Algunos puntos claves

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4.4.07

Mapa de acceso al Cerro Aconcagua

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2.4.07

Al Aconcagua - Día 7

20.01.05 – Jueves – Confluencia - 3.368 msnm

El buen tiempo nos regala un cielo límpido y calmo. La tarea para hoy es ir al “Mirador de Plaza Francia”. A eso de las 07:00 nos levantamos, desayuno general, y a preparar las cosas. Pedro está con diarrea, por lo que no nos acompaña. Peor es la noticia que recibimos de Gerardo. Amaneció con llagas en la garganta, y le resulta muy dificultoso tragar, además de la fiebre. Decide volver a Puente del Inca y confía en restablecerse, para volver el sábado con Andrés. Lo veo muy improbable. La despedida resulta triste, pues todos comprendemos que las posibilidades de volvernos a ver en la montaña son muy escasas. Además está el peso del pasado: no es el primer intento que debe abandonar por un tema de salud.



Salimos puntualmente y mantenemos un paso muy medido y descansado. Estamos todos físicamente cómodos, y por lo menos yo, contento de estar caminando. Pasamos demasiado tiempo quietos. En el camino, por una discusión baladí, me enojé con JJ. No tiene sentido.





Vemos a nuestra izquierda el glaciar, pero el hielo está cubierto de piedras y tierra. Llegamos al mirador, cerca de 4200 msnm. El almuerzo fue especialmente liviano, pero dulce: chocolate y caramelos, pues no tenemos otra cosa. Mientras descansamos, apreciábamos la dura pared sur del Aconcagua . (de casi 3.000 metros de desnivel) y Julián nos indicaba las rutas De pronto, vemos caer un enorme alud que barre la pared por varios segundos.

Vemos operar un helicóptero que hace varios viajes por el valle. Llegan a lugar unos americanos, muy abrigados y con señales de mucho esfuerzo.

El camino de regreso fue cómodo. Al llegar, Pedro nos estaba esperando de buen humor, filmando sobre una colina.

Hoy, otro cumpleaños, el de Federico. La cena, que habíamos decidido que fuera temprano (dado lo escueto del almuerzo) fue como a las 18:00. Yo comí dos manzanas, pues al puré, único ingrediente de la cena, le habían puesto sal, a pesar de mi solicitud.

Es curioso la percepción de las personas sobre las enfermedades. Si yo fuera diabético, estoy seguro que nadie me ofrecería chocolate, y el menú sufriría cambios radicales. Sin embargo, a la hipertensión nadie le presta demasiada atención.

Casi enseguida de terminar la cena, a eso de las 18:30 comenzó a soplar el viento y la lluvia. Sin nada para justificar nuestra presencia afuera, nos metemos en las carpas. Pero la lluvia duró poco, y como estaba la doctora, fuimos a hacernos la revisión médica obligatoria. Resultó una profesional recién recibida, con muy buena onda. Mis bio-datos resultaron mejor de lo que pensaba. Sin embargo Edison presentaba la presión arterial alta. Otro más a comer sin sal.

Llegaron tres muchachos de Andorra. Uno de ellos es bombero y rescatista de montaña. Un físico envidiable. Nos quedamos hablando un largo rato. También llegaron los checos. Hay dos mujeres de Extremadura que aguardan por sus maridos.

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