30.4.07

Al Aconcagua - Día 11


24.01.05 – Lunes – Plaza de Mulas

De acuerdo a lo esperado, frío en la mañana.

Nos levantamos para ir al Bonete, cerro que está enfrente a nuestro campamento, y es un interesante desafío además de un evento para la aclimatación. Además, usamos por primera vez en la expedición, las botas dobles y el resto del equipo de montaña.

Aproximadamente comenzamos la caminata a las 10:00 hs. Nuestra primera parada fue el Hotel “Plaza de Mulas”. Para llegar a él hay que cruzar el glaciar. Antiguamente se caminaba sobre un puente de hielo, ahora se cruza sobre un puente artificial sobre el arroyo de deshielo. Es notable como retrocedió el glaciar.

Sin entrar al hotel (al que llegamos en unos 20 minutos de caminata), seguimos nuestro camino, y pasamos al lado de la Patrulla de Rescate de la Policía de Montaña, los “Papa Lima”.

Cuando la dejamos atrás, comenzamos el ascenso propiamente dicho. Al poco rato, tuve una “diferencia de opinión” con Pedro, por el ritmo de marcha. Una “aceptación” forzada por su parte, pero como siempre, al poco tiempo no fue cumplida. En ese momento, perdí la calma y le dije que no iba a seguir en esas condiciones. La respuesta no fue buena, le molestó que yo hubiera dicho “carajo”. Creo que no tiene buena memoria. Un momento tenso. Yo fui el emergente (una vez más) pero creo que no el único en sentirme molesto por la situación. En especial, su argumento de “yo soy el jefe y es la última vez que se discute” me parece muy infeliz, y que demuestra un concepto muy claro de cual es su estilo de liderazgo. Me hago el propósito de bancarme las cosas, a no ser que representen un riesgo cierto. Al final, resulta fácil dejar fuera a alguien fuera de carrera (en especial a mi) y no quiero pagar ese precio. Mi meta es la cima, y quiero hacer todo lo posible para poder intentarlo. De cualquier manera, algo para tener en cuenta para el futuro.

En fin, seguimos subiendo, y llegamos todos la cima de 5.050 msnm. En la cumbre, cuyo lado oeste presenta una pared que llega casi hasta el valle, descansamos y almorzamos. Entre la hipoxia y el cansancio, la modorra hizo que aprovechara un breve sueño. Al poco, llegaron tres españoles con quienes ya habíamos conversado en Confluencia. Dos mujeres con mucho salero.


Desde la cima, vemos claramente la cara norte del Aconcagua, y marcamos los puntos principales de la ruta que haremos. No se destaca por su elegancia tal vez, pero es imponente.


En el regreso nos separamos un poco. Chavy, Edison y yo recorrimos caminos “alternativos” o sea: erramos el recorrido correcto y perdimos algunos cuantos minutos. Ángel y Julián bajaron un poco antes, y los veíamos en el acarreo. Acarreo es esl lugar por donde la montaña descarga los detritos, piedras fragmentadas.

Nos juntamos en el Hotel, y después de una rápida deliberación, nos decidimos a quedarnos a comer un “lomito” (que resultó no ser demasiado grande para nuestro apetito) a razón de U$S 7,00 por cabeza, por ser extranjeros. Los argentinos sólo tenían un dólar de descuento. Popi, una amiga de Julián que estaba trabajando ahí, nos mandó de regalo unos jugos, que fueron muy bien recibidos. El salón es grande, y sorpresivamente frío. Nos encontramos con Peré, el bombero de Andorra que conocimos los días anteriores. Julián está entusiasmado en irse a trabajar a Andorra, y le dejamos para que se lo converse. Le sacamos fotos y todo.

Intentamos hablar por teléfono desde el Hotel a nuestras casas en Uruuay, pero había mucha gente en la fila. En el salón comedor nos encontramos con R. Cabrera, un ícono en el Aconcagua, que se acercó a nosotros al sentir nuestro acento. Preferí alejarme de la conversación así hablaban los maestros.

Cuando llegamos al campamento, solo hicimos algo de rutina, y nos acostamos.

Me quedé hasta tarde escuchando por el handie las comunicaciones en la montaña. Noche bastante complicada. Un guía alemán informaba de un par de clientes perdidos en la Canaleta, mientras que un italiano se negaba a descender, a pesar de encontrarse bastante mal. Además, un par de casos de MAM en Nido de Cóndores hicieron que el médico tuviera que ir en helicóptero hasta allí con el último sol de la tarde. Cuando pensaba que tenían bastante controlada la situación, llega la noticia, como a las 22:00 hs que un senderista estaba en el refugio Colombia, sólo y con probable edema de pulmón.

La doctora que nos había atendido en Confluencia y ahora estaba en Mulas, coordinó junto a la patrulla de rescate el descenso para ir a buscarlo, y traerlo asistido hasta el campamento.

Noche larga para ellos, sin dudas.

Me llama la atención la insistencia que ponen en que la Canaleta esté sin nadie, y reflexiono sobre lo difícil que es brindar (y esperar) asistencia. El helicóptero sólo puede volar a algunas horas -primeras de la mañana, y últimas de la tarde- y como máximo hasta Nido de Cóndores. Para el resto, sólo es posible hacerlo caminando.

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que es MAM? Una enfermedad de la altura?

10:18 a. m.  
Blogger El autor said...

Perdón, si. Es el Mal Agudo de Montaña. Ahora pongo un link a eso. Gracias!

10:31 a. m.  

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