2.10.07

Al Aconcagua - Día 24

06.02.05 – Domingo – Plaza de Mulas

Temprano estamos levantados, y rápidamente aprontamos los efectos que se van a llevar las mulas. Prácticamente, todo. Solo viajaremos con una pequeña mochila con una campera, algún alimento y casi nada más.

Partimos con paso largo. La “Cuesta Brava” también es medio complicada en bajada. Pero es solo un rato. Dejamos el Refugio Colombia (o sus ruinas) a nuestra derecha.

Sin esfuerzo, llegamos a las piedras que marcan “Ibáñez”, sólo un punto en la Playa Ancha. Aprovechamos para almorzar, y conversamos, con demasiado orgullo, con unos chicos que van hacia Plaza de Mulas.

Un breve descanso, que en realidad no necesitamos mucho. Al bajar, tenemos mucho más oxígeno del que estábamos usando hace apenas unas horas.

Seguimos viaje, cada vez caminando más rápido. Tenemos que llegar antes de las 16:00 a Puente del Inca, porque a esa hora sale el ómnibus para Mendoza. Si lo perdemos, se nos complica la combinación con el avión de retorno a Montevideo.

Cuando llegamos a la línea de vegetación, Chavi se separa y trato de alcanzarlo. El resto del grupo va quedando un poquito atrás. Cruzamos el puente y casi sin mirar a nuestra izquierda, pasamos por Confluencia. Ahora somos esos caminantes que veíamos pasar rápidamente hace un par de semanas atrás, mientras acampábamos ahí.

A pesar de estar casi corriendo, no noto el esfuerzo. Llegamos al puente “Brad Pitt” y en poquitos minutos dejamos atrás la Laguna Horcones y llegamos al puesto de los Guardaparques.

Ahí tenemos que marcar nuestra salida. Nos preguntan si hicimos cumbre y –otra vez con excesivo orgullo- hacemos bromas. “¿Cómo? ¿No era obligatorio hacerla?”

En la oficina de los Guardaparques nos encontramos con el resto del grupo, y nos pasan un reto por habernos alejado tanto. Pero dentro del ambiente que había, creo que en realidad no nos importó mucho, ni a los rezongados, ni a los rezongantes.

Nos resta llegar a Puente del Inca, y el tiempo apremia. En el estacionamiento hay una camioneta con cuyo chofer Pedro negocia el viaje de regreso. Nos tiramos de cabeza adentro, con las piernas entreveradas, etc.

En pocos minutos estamos en Puente del Inca. Nuestras prioridades son conseguir los pasajes para el bus a Mendoza, recuperar los bultos que bajaron en mula y comer algo. El orden de éstas no está muy claro.

Nos dividimos las tareas. Tenemos menos de 30 minutos antes que salga el ómnibus, pero contamos con buena estrella, sin dudas. Recuperamos los bultos sin problemas y en buen estado. Conseguimos los pasajes y hasta con asiento. Y en lo de Daniel se esfuerzan para prepararnos unos "lomitos", nunca tan tiernos y sabrosos.

Con la ansiedad que tenemos, comemos los "lomitos" parados, al lado del bus, mientras acomodamos las mochilas. No nos damos cuenta de nuestro aspecto, sucio y cansado, tragando con avidez, hasta que un par de turistas hacen un comentario.

En el viaje a Mendoza, el calor y el encierro nos recuerdan la necesidad del un buen baño. No tengo dudas que los demás pasajeros también lo tienen presente.

A la llegada a Mendoza, el Hostel Savigliano nos espera sólo al cruzar la calle. Después de las necesarias duchas, vamos a cenar. Pero estamos tan cansados como excitados, por lo que vamos muy cerquita, a la terminal, donde hacemos la cena de despedida.

A la salida, nos encontramos con Daniel y su esposa, lo que motiva una ronda de cerveza. Otra más.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Los quería felicitar muy bueno el blog y el día a día de la expedición. Lo hemos publicado en nuestro blog:

www.diariodeaventuras.com.ar

5:56 p. m.  

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