27.9.06

Primera Montaña I

No mucho antes de Semana Santa del 2003, Pedro me llama para invitarme a una expedición al Cordón del Plata. Sin pensarlo demasiado, acepté. Lamentablemente, Chavy no puede. Nos reunimos un par de veces en su casa, y al final se organizó un grupo con Andrés, Gabriel, Alejandro, Pedro y yo.

Una fugaz pasada por Buenos Aires para alquilar y comprar algo de equipo. Fuimos a lo de un amigo de Pedro, y en el bus llegamos a Mendoza.

Al poco rato, llega Ricardo en una van a recogernos. Hacemos unas compras de último momento en Mendoza y partimos para El Plata.
Bueno, esa era nuestra idea. Pedro le pregunta a Ricardo si podemos pasar por las termas de Cacheuta, y allá vamos. En realidad, no son muy lindas, ni muy calientes (me hicieron acordar a las Termas de Guichón), pero pasamos un rato distendidos.

De vuelta a la van, y ahora sí, a Vallecitos. Nos bajamos en el refugio, a 2950 msnm, y notamos el cambio de temperatura y de presión. Me nombran "administrador" del fondo del grupo. La primera noche la pasamos en el refugio, que está muy bien instalado, al pie de varias pistas de ski. Por supuesto, dada la fecha no hay nieve. En realidad, llueve copiosamente. Tanto, que a eso de las 21:00. mientras conversábamos, llegan al refugio dos chicos que bajaban del campamento, corridos por la lluvia.

A la mañana, después de desayunar,partimos para nuestro primer campamento: Las Veguitas, un pequeño valle a unos 3200 msnm, en donde se juntan un par de arroyos, con pasto y buena aguada. La vista nos permite apreciar el paisaje de las laderas de los cerros, surcadas por los caminos de los guanacos. El valle se extiende hacia el Suroeste, flaqueado por los cerros.
Armamos nuestras carpas. Me ataca una fuerte migraña, que no cede con aspirina. A la tarde, reconocemos los alrededores en un corto paseo. Yo no estoy bien, y decido no seguir mucho, a pesar de los consejos de Pedro.

A la noche, Andrés decide volver al refugio: ha olvidado algo allá, y mañana partiremos temprano. Cerca de Medianoche, Gabriel nos despierta: su compañero de carpa, Andrés, no ha regresado. Nos levantamos rápidamente y nos organizamos.
Pedro baja hasta el refugio, y el resto nos distribuimos por el área. Yo me quedo relativamente cerca de las carpas.

Al rato, regresa Pedro con cara de preocupación. Ha recorrido la ruta, y no lo encontró. Vemos una luz en la falda de un cerro cercano, y le hacemos señales, pero no se mueve. Parece un campamento.

Después de un largo tiempo, en el cual la preocupación aumentaba en forma exponencial, aparece Andrés. Había llegado al refugio y retirado lo que iba a buscar. A poco de salir, su linterna quedó sin pilas, por lo que decidió regresar. Sin embargo, esta vez encontró la puerta cerrada, y a pesar de haber golpeado, no le abrieron... muy mal!
A todo esto, era ya casi de madrugada.

Al otro día, tomamos la decisión de quedarnos un día más en Las Veguitas, luego de la agitada noche que pasamos.

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19.9.06

El plan "B"

Nuestro proyecto iba bien.
En ese tiempo, la legislación aduanera permitía ingresar sin impuestos por valor un poco mayor que la actual, lo que nos permitió ir comprando en USA materiales que aquí no encontrábamos. Físicamente, la preparación orientada por Carlos Bucarey estaba dando sus frutos. Señamos la participacion en la expedición de Alessio para enero de 2002.

Y claro... uno propone, y los políticos disponen ;)! A fines diciembre de 2001, Argentina entra en una crisis anunciada. Como primera consecuencia, se generan profundos conflictos en varias provincias argentinas, con cortes de ruta, violencia, asaltos, etc. Por otro lado, la historia enseña (y lamentablemente se confirma) que las crisis argentinas repercuten 6 meses mas tarde en nuestro país.
Con todo preparado (o por lo menos así lo pensamos) tomamos la difícil decision de postergar la salida. La frustración era obvia.Seguimos con nuestro "personal trainer", y arreglamos con Alessio de que lo señado nos fuera acreditado en el futuro.Pero en julio del 2002, la crisis nos llegó a nosotros.

Obviamente, se complicaron las cosas, pero no dejamos morir la esperanza.
Por ese entonces, conocí a Pedro Ciganda. El ya había estado en el Aconcagua, y pensaba volver. Nos reunimos un par de veces, pero su proyecto de empresa requería mas compromiso del que yo estaba dispuesto (además de las diferencias de estilo).
Sin embargo, quedó abierta la posibilidad de armar un nuevo grupo para intentar la ascención.

Había un "Plan B".

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14.9.06

"Cha-Tu" y el "Proyecto Aconcagua"


La oportunidad llegó sutil. Por un lado, una tarde de sábado,por casualidad me engancho a ver una pelicula en la TV, "Into the thin air". Relata una expedición al Everest, que termina en un fracaso estruendoso. Pero no era muy "de mentira". Tanto, que me quedé mirando los títulos al final, y veo que en realidad, es el relato de un hecho real, y daban el nombre del libro en que estaba basado. La casualidad (¿existe?) hizo que al otro día pasara por una librería, y recordara el nombre del libro, y del autor Jon Krakauer. Creo que el libro saltó del estante cuando me vió y ya lo estaba leyendo en el estacionamiento del Shopping. Estaba terminando de leerlo cuando me llegó el comentario de un conocido de la web, que había coronado el Aconcagua. Ahora... si el había podido, ¿por que no yo? La ventaja de la rápida y barata comunicación nos permitió contactarnos, y me pasó una serie de links e ideas. La seducción fue inmediata, por supuesto... el terreno era fértil. Una vez que me decidí a intentarlo, tenía que conseguir alguien que me acompañara. La primera persona en que pensé, obviamente, fue Chavy. "Cha-Tu" (Chavy - Tucci) sociedad de hecho, promotora de canotaje, campamentos y cualquier cosa que pareciera interesante, funcionaba a las mil maravillas. Era el candidato obligado. Y la respuestá también era obligada: "Vamos!".

Alrededor del mate, armamos un pequeño plan. En Uruguay no hay casi cultura de montañismo, ni equipos, ni ropa, ni... Por un lado, buscar los recursos físicos: ropa y equipo. La parte buena de la globalización nos dio una ventaja grande: en la web hay muy mucha información y la posibilidad de comparar, comprar, etc. De a poco fuimos armando lo necesario.

Una realidad era que no estábamos preparados físicamente. Chavy tuvo la suerte de que le recomendaran a un profesor de gimnasia, Carlos. "El Chileno" resultó una elección de primera. Nos juntamos en su casa, e hicimos una valoración y un plan. Años que yo no hacía ejercicio, y en realidad no me atrae mucho, pero el plan funcionó. Sin dudas que yo aprendí mucho de lo que Carlos intentaba trasmitir, aunque no todo lo que el quisiera.

Otra decisión importante, tenía que ver con la expedición en sí. En ese momento, no conocíamos nada de la montaña, de "cualquier" montaña. El tío de Juan Luis, que había estado allá, nos contó sus vivencias. Parecía muy duro, y difícil para alguien sin experiencia. Decidimos que lo teníamos que hacer con un guía. Web mediante, seleccionamos algunos posibles, y decidimos viajar a Mendoza a entrevistarlos. Al final, Daniel Alessio nos pareció la mejor opción.

El proyecto estaba en marcha.

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13.9.06

Lo primero es lo primero


Para los muy jóvenes, digamos, los nacidos mas acá de 1965, seguramente el título no les diga mucho.

En los años pioneros de la tele, aquellos del galpón de Saeta cerca del Cilindro, se emitía Aventuras en el Paraíso. Ahí, el Capitán Adam Troy navegaba en la Polinesia, cerca de Papeete y otras islas con nombres tan seductores como este, a bordo del Tiki. Las aventuras (y alguna desventura) lo encontraban casi siempre cara al viento, sujetado al estay de proa, mirando al frente.
Nunca me quedó muy claro porque siempre tenía viento de proa, y como el barco navegaba tan bien con viento en contra, pero esa es la imagen que está grabada en mi mente.

Y la contrapartida, el balance de lo real contra lo imaginario, es la expedición de la Kon-Tiki.
Y bueno, como este será un blog de aventuras y desventuras, rindo honores a uno de los héroes de la infancia, que está en el Panteón junto a Sandokán y los Tigres de la Malasia, el Capitán Nemo, el Capitan Bligh, Robinson Crusoe, o a Gordon y Briant navegando en un schooner, un prao, o un junco, en el Sloughi, el Bounty o el Nautilus . Y también hay héroes reales: Scott, Hillary, Nóbile, Shackleton, Admunsen, y un montón más, quienes pusieron alas a mi imaginación y me hicieron viajar, sin salir de casa.

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