15.5.07

Al Aconcagua - Dia 17

Plaza de Mulas - 30.01.05

Me desperté temprano pero me dio pereza moverme. A eso de las 08:00 pude sacar un brazo y correr un par de cierres. El cielo estaba bien azul, pero el sol no llegaría hasta dentro de una hora a las carpas. El viento sopló fuertemente durante la noche. Se sentía el rugido de la ráfaga, y luego la sacudida de la carpa.

A eso de las 09:30 me decidí y salí al exterior. A pesar del sol, la temperatura ambiente descendió mucho, pues el viento estaba soplando desde el glaciar del Cerro Cuerno. Unas vueltas para la higiene y ordenar algo del campamento y nos metimos en a carpa de Malku. Sólo nos queda esperar que pase la tormenta de viento, y la nieve si es que viene.

Mientras jugábamos al truco, nos enteramos que JJ había decidido bajarse de la montaña. Aduce un dolor en el tobillo. Con pena, pero comprensión lo despedimos. Arrancó con su paso tranquilo de siempre, casi seguro que con las manos en los bolsillos.... Nos va a hacer falta.

Las nubes comenzaron a cercar al Aconcagua. A la mañana, yo había dudado del pronóstico metereológico, pero sobre todo, de la decisión de bajar desde Plaza Canadá. Pero ahora se estaba acercando a lo previsto, y la opción de Pedro era la correcta. Se “veía” el viento blanco. No demoró el comenzar la nevada. Los montañistas que estaban en Nido de Cóndores comenzaron a bajar, y la ladera se pobló. El Cordobés, un miembro de la Fuerza Aérea Argentina, nos invitó a comer tortas fritas Salimos para las instalaciones del Ejército en Plaza de Mulas antigua. En quince minutos de caminata llegamos a la base. Dos carpas estructurales, una de ellas destinada dormitorio, y la otra a cocina. El Cordobés había salido, y nos quedamos conversando con Ceferino Mora, un guía conocido de Julián, y con Fabián, piloto de helicópteros que acompaña al Cordobés en esta expedición que rememora la primera que hizo la FAA hace 50 años.

Preparando el ascenso al Aconcagua, habían estado en el Cordón del Plata, en donde estuvieron con Alejandro Canale y otros uruguayos.
También estuvieron con el brasileño que murió hace unos 20 días días en la “Canaleta”, Eduardo Silva y su esposa Rita. Los shockeó mucho la noticia y los detalles, aunque relataron que el hombre no estaba en buenas condiciones físicas. También el cuento del chico que perdió ambas orejas por cengelamiento produjo desazón. No sabíamos aún que estaban desaparecidos dos escaladores franceses (Damien Boitard y Stephane Malvasi) en la cara Sur.
Sin embargo
, en una muy humana reacción, después de pensar (cada uno por su lado) "a mí no me va a pasar esto", seguimos con una conversación más liviana. Al rato llegó otro militar. A pesar de que pusimos a calentar la grasa y emitía los chirridos y aromas habituales, no tuvimos mayor éxito en nuestra tentativa. Sin el pan, y sin las tortas, nos volvimos en medio de la tormenta.

El ocio es la madre de todos los vicios. En este caso, lo canalizamos hacia las pizzas de Geotrek, hacia donde nos dirigimos. Seguimos comiendo para pasar el tiempo y la ansiedad, y nos acostamos con la esperanza de que el clima mejore. No nos queda mucho tiempo para poder pasarlo en la montaña, y si bien no lo comentamos muchos, por lo menos yo hago cuentas de los días, y las posibilidades.

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1 Comments:

Blogger El autor said...

En realidad, averiguando mas, comprendí que los escaladores franceses se perdieron en esta misma tormenta, del otro lado de la montaña, en la cara Sur.

10:56 a. m.  

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