9.5.07

Al Aconcagua - Día 13

26.01.05 - Miércoles – Plaza de Mulas

Dentro de la carpa, recibimos una mala noticia: Ángel se baja.

Los motivos aducidos son que extraña a su familia y que prefiere pasar el resto de su licencia en la playa, con ellos. A mí no me queda tan claro. Pero concuerdo con Julián que debemos aceptar su decisión por varios motivos. Si uno se decide a bajarse de la montaña y del proyecto, seguramente lo debe haber meditado mucho. No se trata de falta de valor, en especial Ángel, quien ha dado pruebas muy concretas de su entereza. No debe ser fácil enfrentarse al grupo con este mensaje. En realidad, me apena mucho.

Pero enfrentamos la situación. El reparto de las cosas del grupo, la generosidad de Ángel en ofrecer algo que nos pueda ser útil, los informes y consejos para el retorno, la negociación con las mulas.

El desayuno se vio demorado un poco por este motivo, lo que nos hizo merecedores del rezongo de Julián.

A las 11:00, con una hora de retardo sobre lo planeado, nos pusimos en camino a Canadá. Comenzamos a paso muy lento. El ángulo de la subida es pronunciado. Nos detenemos un rato en las Piedras Conway, formación rocosa muy degradada. No resultó tan mal, después de todo. Arribamos en buenas condiciones. Nada de mareo o dolor de cabeza, a pesar de haber llegado a los 4.930 msnm. en tres horas de caminata. Julián se muestra muy satisfecho de esto: seguramente esperaba menos de nosotros. Yo también, en realidad.

Estoy sorprendido de mi buena respuesta física. Hago incluso algunos movimientos bruscos en broma.

Plaza Canadá es una saliente rocosa en la cara oeste de la montaña, que forma un balcón, de piso más o menos horizontal. La desventaja grande que presenta en estos días es la ausencia de nieve, y por lo tanto, ausencia de agua potable. Para obtenerla, tenemos que recorrer algunos cuantos metros hasta una pequeña corriente.

Pudimos almorzar una buena comida de marcha, con pan, jamón y queso.

Vaciamos nuestras mochilas y dejamos combustible, alimentos, los grampones, y algo más, aprovechando y mejorando un “pirqueo” preexistente.

Nuestra idea era quedarnos más tiempo, pero el frío nos corrió. Bajando me dio un tirón en el tríceps izquierdo, que me hizo demorar mucho en el descenso

La nevada que amenazaba en el ascenso, se confirmó justo a nuestra llegada a Plaza de Mulas.

Organizamos la rutina del campamento, que acá se compone básicamente en ordenar un poco las cosas, la cocina, y la limpieza de los utensilios.

Ya habia comentado que el agua necesaria la obteníamos en una tarrina que está a no más de 5 metros de donde cocinamos. No hay un rol definido previamente, pero nunca falta quien cocine y lave.

A eso de las 18:00, nos zambullimos en las carpas. En una, Javier y Pedro. En la otra, terrible agite, cuentos, whisky y cena.

Al volver a nuestra carpa para acostarnos, para recorrer el escaso metro y medio que separaba las puertas, hubimos de abrigarnos nuevamente.

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